En el Ministerio Internacional Faith Family, nuestras creencias están arraigadas en la Palabra de Dios. Creemos en el Dios trino y el poder transformador del Evangelio de Jesucristo. Basados y motivados por el amor y la gracia de Dios, estamos comprometidos a compartir la esperanza de Cristo con el mundo a través del servicio y la predicación de la sana palabra de Dios.

Creencia y Declaración de Fe

1. El Dios Trino:

Creemos en un solo Dios, eternamente existente en tres Personas igualmente divinas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que se conocen, se aman y se glorifican mutuamente. Este único Dios vivo y verdadero es infinitamente perfecto tanto en su amor como en su santidad. El es el Creador de todas las cosas, visibles e invisibles, y por lo tanto es digno de recibir toda gloria y adoración.

2. Revelación:

Dios ha revelado por su gracia, amor y misericordia, su existencia y poder en el orden creado, y se ha revelado supremamente a los seres humanos caídos en la persona de su Hijo, la Palabra encarnada. Además, este Dios es un Dios que habla, que por su Espíritu se ha revelado misericordiosamente en su hijo. creemos que Dios ha inspirado las palabras conservadas en las Escrituras, los sesenta y seis libros del Antiguo y Nuevo Testamento, que son a la vez registro de su obra salvadora en el mundo.

3. Creación de la Humanidad:

Creemos que Dios creó a los seres humanos, hombres y mujeres, a su propia imagen. Adán y Eva pertenecían al orden creado que Dios mismo declaró muy bueno, sirviendo como agentes de Dios para cuidar, administrar y gobernar la creación, viviendo en comunión santa y devota con su Creador. Hombres y mujeres, igualmente hechos a la imagen de Dios, disfrutan de igual acceso a Dios por la fe en Cristo Jesús. Adán y Eva fueron hechos para complementarse en una unión de una sola carne que establece el único patrón normativo de relaciones sexuales entre hombres y mujeres, de modo que el matrimonio sirve en última instancia como un tipo de unión entre Cristo y su iglesia.

4. La caída:

Creemos que Adán, hecho a la imagen de Dios, distorsionó esa imagen y perdió su bienaventuranza original, para sí mismo y para toda la humanidad, al caer en pecado por la tentación de Satanás. Como resultado, todos los seres humanos están alienados de Dios, corrompidos en todos los aspectos de su ser (física, mental, emocional, espiritualmente) y condenados irrevocablemente a la muerte, de no ser  por la propia intervención de la gracia de Dios.

5. El Plan de Dios:

Creemos que desde la eternidad Dios determinó en su gracia, salvar a los pecadores culpables de toda tribu, lengua, pueblo y nación. Creemos que Dios justifica y santifica a aquellos que por gracia tienen fe en Jesús, y que un día los glorificará, todo para alabanza de su gloriosa gracia. En amor, Dios ordena e implora a todas las personas que se arrepientan y crean en Jesús el hijo de Dios. 

6. El Evangelio:

Creemos que el evangelio son las buenas nuevas de Jesucristo, la sabiduría misma de Dios. Probablemente una total locura para el mundo, aunque es el poder de Dios para todo aquel que cree. Estas buenas noticias se centran en la muerte y resurrección de Jesús.

7. La redención de Cristo:

Creemos que, movido por amor y en obediencia a su Padre, el Hijo eterno se hizo hombre: el Verbo se hizo carne, plenamente Dios y cien por ciento hombre, una sola Persona en dos naturalezas. El hombre Jesús fue concebido a través de la obra milagrosa del Espíritu Santo, y nació de la virgen María. Él obedeció perfectamente a su Padre celestial, vivió una vida sin pecado, realizó señales milagrosas, fue crucificado, resucitó corporalmente de entre los muertos al tercer día y ascendió al cielo. Como Rey mediador, está sentado a la diestra de Dios Padre, ejerciendo en el cielo y en la tierra toda la soberanía de Dios, y es nuestro Sumo Sacerdote y Abogado justo. Creemos que por su encarnación, vida, muerte, resurrección y ascensión, Jesucristo actuó como nuestro representante y sustituto. Hizo esto para que en él pudiéramos llegar a ser la justicia de Dios: en la cruz él canceló el pecado, y al llevar la pena total de nuestros pecados, reconcilió con Dios a todos los que creen. Por su resurrección, Cristo Jesús fue vindicado por su Padre, quebró el poder de la muerte y derrotó a Satanás, quien una vez tuvo poder sobre ella, y trajo vida eterna a todo su pueblo; por su ascensión ha sido exaltado para siempre como Señor y ha preparado un lugar para que estemos con él. Creemos que la salvación no se encuentra en nadie más, porque no hay otro nombre dado a los hombres, bajo el cielo, por el cual podamos ser salvos.

8. La justificación de los pecadores:

Creemos que Cristo, por su obediencia y muerte, pagó completamente la deuda de todos los que son justificados. Por su sacrificio, llevó en nuestro lugar el castigo debido a nosotros por nuestros pecados, haciendo una satisfacción adecuada, real y plena a la justicia de Dios en nuestro nombre. Por su perfecta obediencia satisfizo las justas demandas de Dios a nuestro favor, ya que solo por la fe, esa perfecta obediencia se acredita a todos los que confían solo en Cristo para su aceptación con Dios.

9. El Poder del Espíritu Santo:

Creemos que esta salvación, atestiguada en toda la Escritura y asegurada por Jesucristo, es aplicada a su pueblo por el Espíritu Santo. Enviado por el Padre y el Hijo, el Espíritu Santo glorifica al Señor Jesucristo y como el otro Paracleto, está presente con y en los creyentes. Convence al mundo de pecado, justicia y juicio, y por su poderosa y misteriosa obra regenera espiritualmente a los pecadores, despertándolos al arrepentimiento y la fe, y en él son bautizados en unión con el Señor Jesús, de tal manera que son justificados ante Dios solo por gracia a través de la fe solo en Jesucristo. Por la obra del Espíritu, los creyentes son renovados, santificados y adoptados en la familia de Dios; participan de la naturaleza divina y reciben sus dones soberanamente distribuidos. El Espíritu Santo es en sí mismo el regalo inicial de la herencia prometida, y en esta era mora, guía, instruye, equipa, revive y empodera a los creyentes para vivir y servir como Cristo.

10. El Reino de Dios:

Creemos que los que han sido salvados por la gracia de Dios mediante la unión con Cristo por la fe y mediante la regeneración por el Espíritu Santo, entran en el reino de Dios y se deleitan en las bendiciones del nuevo pacto, el perdón de los pecados, la transformación interior que despierta el deseo de glorificar, confiar y obedecer a Dios, y la perspectiva de la gloria aún por revelar. Las buenas obras constituyen evidencia indispensable de la gracia salvadora. Reconociendo de quién es este orden creado, y porque somos ciudadanos del reino

de Dios, debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, haciendo el bien a todos, especialmente a los que pertenecen a la familia de la fe.

11. El nuevo pueblo de Dios:

Creemos que el pueblo del nuevo pacto de Dios, ya está sentado con Cristo en los lugares celestiales. Esta iglesia universal se manifiesta en las iglesias locales de las cuales Cristo es la única Cabeza; así cada “iglesia local” es, de hecho, la iglesia, la casa de Dios, la asamblea del Dios viviente, y la columna y fundamento de la verdad. La iglesia sirve como una señal del futuro nuevo mundo de Dios cuando sus miembros viven para el servicio de los demás, en lugar de centrarse en sí mismos.

12. Bautismo y Cena del Señor:

Creemos que el bautismo en agua por inmersion y la Cena del Señor son ordenados por el mismo Señor Jesús. El primero está conectado con la entrada a la comunidad del nuevo pacto, el último con el recuerdo continuo del evangelio. Ambos son solo para aquellos que han puesto su fe en Jesucristo.

13. La restauración de todas las cosas:

Creemos en el regreso personal, glorioso y corporal de nuestro Señor Jesucristo con sus santos ángeles, cuando ejercerá su papel de Juez final y su reino será consumado. Creemos en la resurrección corporal tanto de los justos como de los injustos: los injustos al juicio y al castigo consciente eterno en el infierno, y los justos a la bienaventuranza eterna en la presencia del que está sentado en el trono y del Cordero, en el cielo nuevo y la tierra nueva